La comida y las horas de las comidas. ¡Es un ritual!

Olvídate del bocadillo que te comes en 5 minutos delante del ordenador en el trabajo. Aquí, se almuerza en general entre colegas en un restaurante o en el comedor de la empresa, tomándose su tiempo. La comida es un verdadero momento de convivencia y de relajación. Ya sea en la terraza de un café, en un buen restaurante o en casa entre amigos, siempre se privilegia la calidad respecto a la cantidad. No por nada la gastronomía francesa está reconocida mundialmente. ¡Qué sepas también que todos los clichés sobre la baguette de pan y los panecillos de chocolate son ciertos! 

El interés por el debate

En el trabajo, entre amigos o en familia, a los franceses les encanta debatir y expresar su punto de vista sobre política, actualidad o asuntos extranjeros. Por lo general bastante sinceros, te dirán lo que piensan de tal o tal hecho. ¡Algo que te permitirá practicar tu sentido de la argumentación!

Trabajar menos para vivir más

La normativa de la duración del tiempo de trabajo en Francia es de 35 horas semanales. Los directivos que en general trabajan más tienen la oportunidad de recuperar sus horas extra en días de RTT (recuperación del tiempo de trabajo). Aprovechan sus días de reposo para practicar actividades deportivas, culturales y demás. La mayoría de los franceses se toman varias semanas de vacaciones durante el mes de agosto. El país funciona entonces en modo más lento. Pero no te equivoques, los franceses tienen una de las mayores productividades por hora del mundo… 


Cultura y moda 

Capital mundial de la moda, París disfruta de este título gracias a grandes diseñadores como Yves St Laurent, Jean Paul Gaultier o también Karl Lagerfeld. La moda en Francia, no son solo las boutiques de lujo, sino también la mezcla de las materias, de los colores y de los accesorios, en un estilo chic, elegante y "fashion". Museos, música, danza, etc: todas las formas de Arte están representadas en el país de los derechos humanos y de la libertad de expresión.

Entonces, ¿A qué esperas?